viernes, 23 de enero de 2009

GEOSFERA (4)

EROSIVIDAD (FÓRMULAS)

· El índice de aridez (I): Su valor se calcula mediante la fórmula I = P / (t + 10) siendo “t” la temperatura media anual y P la cantidad total anual de agua caída en litros. Así se clasifica un lugar teniendo en cuenta su aridez.

· El índice de agresividad climática (Ia): Se calcula mediante la fórmula Ia= p2 / P siendo “p” la precipitación del mes más lluvioso y “P” la precipitación total anual en litros). Con este parámetro se observa el reparto de lluvias a lo largo año, demostrando que el riesgo de erosión no depende de la cantidad de agua caída, sino de su distribución temporal (resulta más dañina cuanto más esporádica y torrencial sea)

· El índice de erosión pluvial (R): Índice medio anual de la Erosividad de la lluvia (o índice EI dividido por cien) R= E x I30 / 100 (julios x m2 x cm/h) siendo “E” la energía cinética del aguacero e “I30” su intensidad máxima en milímetros, o litros por metro cuadrado caídos durante treinta minuto). La energía cinética (m x v2/2) liberada por una gota de agua al chocar contra el suelo solo depende de su masa, pues su velocidad es invariable.

SOLUCIONES

Las medidas para solucionar este problema medioambiental:

La reforestación masiva en primer lugar, hecho imprescindible para frenar la desertización de los suelos que además ayudará a disminuir la concentración de CO2 atmosférico y con ello reducir el efecto invernadero.

Otra medida es controlar el sobrepastoreo y racionalizar los suelos agrícolas para que los efectos de estas actividades no supongan un gran impacto sobre el suelo.

También la gestión del agua y el control del crecimiento demográfico (mayor población desarrollada provoca un aumento de la urbanización, del consumo del agua…)

Por último frenar el calentamiento global, el efecto invernadero y, lo más evidente, gestionar el uso del suelo para provocar el menor número de impactos posibles.

LOS BOSQUES Y SUS BENEFICIOS

Los bosques en primer lugar fijan el CO2, constituyen el gran sumidero anti-invernadero por lo que al reducir este efecto refrescan el planeta. Además, ese CO2 adquirido de la atmosfera pasa a la biomasa (madera) y esta se puede utilizar como combustible fósil.

Por otra parte los bosques constituyen una gran superficie oscura que disminuye el efecto albedo y con ello calienta el planeta.

Los bosques oxigenan no solo ciudades y países, sino el planeta entero.

Constituyen un lugar de obtención de recursos de madera, sustancias medicinales, resinas… son innumerables. Si hay más diversidad, habrá más recursos.

Los bosques proporcionan una gran cantidad de nichos ecolológicos que permite una gran biodiversidad de especies que forman un ecosistema amplio y desarrollado que constituye, además, un gran recurso para estudios científicos.

Posibilitan y favorecen la entrada de lluvias al centro de los continentes (evotranspiracción).

No solo permiten que entre agua sino que los bosques por la gran cantidad de agua que llevan asociados amortiguan el clima, evitando los extremos y favoreciendo, por tanto, la vida del ecosistema.

Por último favorecen la infiltración y con ello el desarrollo del suelo, disminuyendo la escorrentía y minimizando así la erosión y la pérdida de suelo. Las coberturas vegetales impiden y frenan la desertización, fijando el suelo y reduciendo a su vez los movimientos de laderas (que pueden causar desastres). Al favorecer la infiltración se recargan los acuíferos y es mayor el almacenamiento de agua y con ello el control de inundaciones.

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